No ceñirse al presupuesto real
Uno de los más habituales errores al comenzar una reforma integral es no reflejar en el presupuesto inicial hasta el último gasto. Se deben tener en cuenta hasta las cosas más insignificantes como picaportes o luminarias.
Además, se suelen aceptar modificaciones sobre lo originalmente planteado sin cerrar el importe que conlleva; tremendo error. Son estás pequeñas cosas las que multiplican el importe final
No tener en cuenta imprevistos
Los “por si acaso” suceden de verdad. Los imprevistos ocurren y tenemos que estar mentalmente (y económicamente) preparados para ello. Tuberías que se rompen, paredes que necesitan más aislamiento… Conforme va avanzando la obra, pueden ir apareciendo inconvenientes que no se reflejaban al principio.
Por tanto, lo aconsejable es contar con un presupuesto para posibles imprevistos: un 15% del presupuesto inicial podría servirnos para vivir con cierta calma.
Anteponer estética a la funcionalidad
Lo primero: el mundo real no es una revista de decoración. Está muy bien buscar inspiración y guiarnos hasta cierto punto por lo bonito y maravilloso que se ve todo. Sin embargo, la comodidad se agradecerá mucho mas a lo largo del tiempo.
Invierte en una buena climatización, aislamiento acústico, cocina accesible, ten en cuenta la necesidad de putos de almacenaje… Se realista con tu presupuesto y necesidades reales. Está genial soñar con una casa de revista, pero debemos tener claras nuestras prioridades. A veces la estética no va a juego con la funcionalidad que precisas.
No dejarse aconsejar
Llevar ideas muy fijas y no dejarse aconsejar es otro de los grandes errores al comenzar una reforma integral. Es importante confiar en la experiencia del contratista o arquitecto que está llevando a cabo la reforma. Ellos materializarán tus deseos.
No obstante, también existe el caso contrario: que las ideas estén difusas y termines dejándote aconsejar demasiado. Conoces tus gustos y necesidades mejor que nadie. Exprésalos y déjate asesorar si no sabes muy bien como podría llevarse a cabo. Pero ¡Ojo! pedir opinión a muchas personas puede volverte loco. Céntrate en lo que quieres.
Escatimar en lo importante
Si tienes un presupuesto muy ajustado no escatimes en lo importante. Es un error muy habitual acortar el presupuesto en materiales de buena calidad. Es normal, resulta tentador irte a por esa pieza que cuesta la mitad y parece igual… luego, sin embargo, pueden llegar sorpresas.
Varios presupuestos
Es importante confiar en los profesionales que se contratan para una reforma. Por ello, decidirlo debe ser una parte importante del proceso. Coteja varias propuestas, habla con ellos, siéntete a gusto. No te dejes llevar solo por la parte económica; busca referencias y profesionales con los que te entiendas.
¿Quieres que te ayudemos? ¡no dudes en solicitar tu presupuesto!